20 Oct
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Eso mismo hubiera contestado si me hubieran propuesto escribir un libro como ANATOLIA, 6000 AÑOS ATRAS hace un año. Las vidas pasadas me parecían muy interesantes... pero no eran para mí. 

Una frase parecida dice Celia, la protagonista de la novela, al poco de empezar y aquí estamos ella y yo, con la historia escrita y a punto de ser publicada. 

¿Entonces, por qué me atreví con esa temática? 

El año 2020 fue sorprendente en muchos sentidos. Desde luego, la pandemia tiene mucho que decir y, además, después de un tiempo de sequía  en la publicación de libros, los astros se conjugaron para permitirme escribir y publicar cuatro libros en apenas seis meses. Fue un gran maratón, con un maravilloso premio como colofón. 

Aunque, claro, semejante ímpetu literario no podría salirme gratis. Acabé agotada y singularmente vacía. Pasaban los meses, con el gusanillo de narrar algo nuevo, de crear escenarios,  personajes, tramas... todo lo que requiere una novela, pero se me hacía cuesta arriba.

Si hoy ANATOLIA,  6000 AÑOS ATRÁS  está terminado es, sin lugar a dudas por el aliento de dos Lauras, que me animaron, leyeron los primeros esbozos, con tanto entusiasmo que no puede hacer otra cosa que seguir avanzando hasta completar el libro.

Escribir sobre vidas pasadas me ha permitido tener otra visión del proceso novelístico, aportando matices que sólo había tocado ocasionalmente antes: los miedos a lo irracional, las dudas entre lo que Celia percibe en su cabeza y la realidad que la envuelve. Sin embargo, no es una historia sobre almas gemelas que se esperan, se buscan y se encuentran por fin para amarse a través de la eternidad.

 Hay que reconocer, no obstante,  que como recurso literario,  las vidas pasadas pueden ser muy útiles. Desde la Máquina del Tiempo, nos gustan mucho las novelas de viajes temporales. Recordar vidas pasadas es un poco como tener un visor de cosas pasadas, sin moverse de nuestro entorno cotidiano, con más nitidez que una pantalla, pues no sólo es en tres dimensiones, también incluye olores,  sabores y sentimientos. Visto así,  escribir sobre vidas pasadas, es extremadamente interesante.

 ¿Quién sabe? Puede que Celia tenga otras vidas pendientes de recordar y ser narradas.

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